"Deberían dejar la opción de poner lo que en verdad quisiéramos hacer con ellos, no solo una pregunta de o no. Ojo por ojo...diente por diente", comenta mi madre respecto a la Consulta Popular del domingo 1 de Agosto, que para la mayoría de la población que cree en el cambio que representa el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, era la oportunidad perfecta para poder enjuiciar, de una vez por todas, a los expresidentes que, de alguna u otra manera, dejaron un "historial manchado" para los mexicanos.

Previo al día de la consulta, mucho se había hablado respecto a ello. La oposición del gobierno, encabezada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), del Partido de la Revolución Institucional (PRI), hablaban que era un acto sin sentido — al menos para ellos —, los expresidentes que más hablaron en contra de dicha consulta, fueron Vicente Fox (quien tiene una largo historial de "pleitos" personales con el ahora presidente), llamando incluso a no ir a votar en la consulta.  Felipe Calderón, por su parte, fue un poco más hermético en ello, no obstante; dejando en claro su oposición a dicho acto. Incluso (Ricardo) Anaya, el excandidato del PAN, también mostraba su postura en contra por medio de sus videos semanales en sus redes sociales.

Eran cerca de las 10 A.M del domingo 1 de Agosto. Yo, recién me levantaba de mi largo sueño. De manera automática, me vestí y procedí a emprender mi camino a una de las "casas receptoras" para la consulta. Esta vez, no fue el mismo sitio donde voté en las elecciones del 6 de junio, en la secundaria técnica No. 68, en el municipio de Guadalupe, Nuevo León, mas bien, ahora me toco ir a una escuela primaria en la misma manzana del anterior plantel educativo mencionado, la primaria Luis Donaldo Colosio. En lo que yo salía para ir al plantel, mi madre decidió acompañarme. Previamente, más de mañana, había (ella), comprado el periódico El Norte, para saber más de la consulta.

Una vez llegamos al plantel, no había algún tipo de cartel alguno de promoción por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), el cual invitará a los ciudadanos a participar — en contraste con las campañas electorales, cuyos promocionales se veían por doquier —. Ningún tipo de propaganda. Solo una hoja de papel impresa, que se limitaba a decir la ubicación donde se llevaría a cabo el "ejercicio democrático".

La única "promocional" para el evento.

Recorriendo un poco las aulas, uno de los funcionarios nos abordó con una pregunta:

— ¿Cuál es la letra de su apellido?

— Yo T y ella S — respondí señalando a mi madre.

El funcionario nos señalo el aula a donde nos correspondía emitir nuestro "veredicto". Respecto a las medidas sanitarias, fue lo más básico (y lo esencial) de hace un año: gel anti-bacterial, cajas con cubrebocas y el uso del propio cubrebocas. 

La gran "participación" ciudadana.


La afluencia de los ciudadanos, fue muy por debajo de las expectativas. Yo pensé que sería como en las elecciones — largas filas de gente impaciente —, pero para mi sorpresa, estaba casi desierto. En el aula donde emití mi veredicto, éramos apenas tres en su momento, dejando de lado a los dos funcionarios a cargo.

El aula donde emití mi voto.

Yo fui el último en entrar, ya nadie más estaba detrás de mi. Afuera del aula vecina, estaban sentados unos jóvenes (tal vez eran los funcionarios de esa aula), y recuerdo que solo estaban como si miraran el tiempo pasar, sin ningún tipo de preocupación.

La boleta con la pregunta del millón de dólares.



La pregunta que aprobó la Suprema Corte de Justicia, puede resultar muy ambigua. No especifica claramente que esto sea un juicio directo contra los expresidentes, solo se limita a decir: "actores políticos", los cuales pueden ser muchos. De cualquier manera, mi voto fue un rotundo


Parte trasera de la boleta.


Antes de doblar la boleta para depositarla en la urna, tal vez, en una actitud tonta, mostré mi boleta a los funcionarios con mi voto. Solo me volteé con ellos para hacer dos preguntas:

— ¿Puedo tomar fotos para escribir un artículo?, ¿vale lo mismo tacha que palomita?

— Pues...sí, ¿por qué no? — respondieron de manera titubeante, no sin antes mirarse el uno al otro.

Al final, no hubo problema en ello. Doblé mi boleta y la deposité en la urna. Procedí a dejar el lugar, no sin antes me marcaran el pulgar derecho  con tinta, como lo hacen en las elecciones.

Mi pulgar con su marca.



Sin duda, esta consulta dio mucho de que hablar. Por un lado; la gran suma de dinero que significó su realización, por otro; la percepción de la ciudadanía respecto a este tipo de actividades. Hago hincapié en ello, ya que por lo visto, la asistencia ciudadana, por lo menos aquí en Nuevo León, no tuvo mucho impacto. Aquí entran algunas preguntas: ¿qué tan comprometida está la sociedad con la actividad política?, ¿la política y actos jurídicos competen solo a estas personas "especializadas"?, los ciudadanos, más que solo votar, ¿también deben elegir ciertas decisiones?, es obvio que gran parte de la población cree que con solo votar ya es participación ciudadana, no obstante; la política es algo que nos debe competer a todos, ya que somos parte de una dinámica donde lo que hacen los de arriba, nos afecta a los de abajo, es como un círculo vicioso del nunca acabar.

Por supuesto que gastar más de 500 millones de pesos en papeletas — que de seguro muchas quedaron en blanco — sonaba muy absurdo, cuando esa cantidad pudo usarse para otros fines. 

También entra el factor de la credibilidad. ¿En verdad hay que consultar para hacer justicia?, se supone que si hay pruebas de por medio (y contundentes), para acusar a alguien, entonces debería procederse conforme a la ley. Si se debe consultar la justicia, ¿se consultará para la sentencia de los presos sujetos a proceso?, ¿quién es culpable o no con acusaciones vagas?, habría opiniones encontradas, sobre todo para los que sean "figuras públicas", quienes tendrían muchos seguidores que los defenderían a toda costa.

¿Debería de haber más consultas?, una parte de mí considera que sí. De esa forma, se incentivaría la participación ciudadana en la vida política del país, más que solo elecciones cada tres años. No obstante; deberían ser más modernas, tecnológicas, dejar el papel de lado (para ahorra mas gastos posibles), y sobre todo, que gocen de buena propaganda, así como de credibilidad. Que garantice un cambio significativo para la sociedad. En lo personal, no creo que se enjuicien a los "actores políticos" del pasado, son solo fantasías. Que hay temas por los que ellos deben dar la cara, en eso se podría estar de acuerdo, por igual, hay mas temas importantes que atender.  La justicia no se consulta, pero un país como México, donde la justicia es casi inexistente, ¿qué podríamos esperar?

Por lo pronto, la Consulta resultó un fracaso en términos de participación. Cerca del 8% contra el 40% del padrón electoral necesario para proceder. Sin embargo, la respuesta dada por la mayoría de los participantes, se pudiera considerar un éxito: poco más del 90% respondió un rotundo.

Tal vez esto solo sea el inicio de algo más grande por venir. Pero todo dependerá de los ciudadanos, y sobre todo, de la credibilidad de los políticos e instituciones.