Hace tres años, un sábado 1 de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador, veía su sueño o "visión" hecha realidad con al fin hacerse con la banda presidencial. Previamente, el domingo 2 de julio del mismo año, el entonces candidato arrasó la elección con poco más del 50% de los votos. Desde entonces, muchos mexicanos, veíamos alguna esperanza, esperando que la esencia de Peña Nieta, Calderón, Fox y de otros, al fin quedarán como un mal sueño y de algo que no se debería repetir. A tres años de ello, aquí comparto mi humilde evaluación al mandatario.
Recuerdo haber visto la transmisión en vivo ese sábado 1 de diciembre de 2018, por Noticieros Televisa, veía como tanto el entonces presidente saliente Peña Nieto, y el nuevo presidente Amlo, transitaban por las calles de la CDMX hasta llegar al recinto de San Lázaro, en sus respectivos vehículos. Lo veía como el "teletón" de la política. Sentía algo de orgullo al ver que el candidato por el que voté, al fin había ganado; sentí como si mi voto hubiese sido escuchado. Sin darme cuenta, mi interés por estos temas crecía más y más. "Al fin, ya era su hora, si el pudo lograr lo que tanto quería, ¿por qué yo no?", pensaba con entusiasmo. Cuando en su discurso decía que los jóvenes tendrían oportunidades laborales, yo lo celebré, ya que venía de una racha penosa y desastrosa a la hora de tener empleo. Apoyaba su idea de no más violencia para combatir a la violencia; creía en su palabra de no militarizar al país, de la "supuesta austeridad" y más.
Y bien, sin más introducciones largas, vamos directo al grano. A continuación mis observaciones en lo que ha dado de que hablar:
— En temas de seguridad, lamento decir que el presidente ha quedado a deber. Lo que vemos en los medios de comunicación, no es más que ataques de los grupos armados contra la Guardia Nacional, elementos del ejército o a los ciudadanos. El presidente menciona que eso se combate con la paz, pues...que diga como. Si bien, Calderón hizo del país un desastre en esa materia, y Peña Nieto le siguió, creo que la estrategia que se ha estado implementando no es suficiente. Esa estrategia a la que muchos detractores la llaman a manera de burla y sarcástica de "besos y abrazos". Por cierto, ya no supe nada del tema de la amnistía. ¿Alguien se ha beneficiado en ello recientemente?
—Sobre el tema de los jóvenes, por una parte, percibo que en el tema de las becas a estudiantes, se está cumpliendo, con el simple hecho de no abandonarlos, pienso que es un gran logro; ya que por medio de esas becas, quienes no tienen facilidades de estudio, lo pueden aprovechar para bien. Sin embargo; mi opinión es totalmente diferente en cuanto al tema de los jóvenes becarios de las empresas, de uno de sus "programas estrella", JCF. El presidente no admitirá que el programa no cumple del todo con la meta, ni su secretaria del trabajo; de hecho, le dediqué un articulo más detallado a ello, el cual está aquí. También falla a la hora de hacer que quienes no son contratados (que son la mayoría), puedan auto emplearse con las tandas y préstamos.
—En su relación con la prensa y medios de comunicación, siento una relación algo agridulce. Veo positivo que convoque a diario a conferencias de prensa matutinas —las mañaneras—, para que se establezca un buen diálogo, cosa que expresidente no hacían antes. Antes, uno ni cuenta que hacía el presidente, si sabíamos algo, era así de "rápido" en los noticieros, o por que tenían actos públicos que pasaban desapercibidos y solo resaltaban algo de lo que decían. Pero, del otro lado de la moneda, el presidente ha dejado en claro quienes son sus más acérrimos enemigos: Reforma, El Universal, Milenio, El País, por mencionar algunos. Según el, que estos diarios responden a intereses ajenos, que son financiados por opositores, que lo que dicen en sus notas son ataques contra él y su gobierno. ¿Allí donde está la tolerancia a las críticas?, dice que está abierto a las diferencias, entonces, ¿por qué hace tanto arguende en ello?, hasta le dedicó una sección a sus mañaneras a "desmentir" las fake news, con la insoportable de Vilchis, que cada rato se traba en sus intervenciones.
—Sin duda alguna, el tema de la pandemia ha golpeado al presidente, aunque este último intente ver lo contrario. Se ha comportado de una manera irresponsable desde el principio, con sus estampas, minimizando la amenaza con su "fuerza moral y no de contagio", como dijo López-Gatell, quien ha sido uno de los más protegidos del mandatario. Se ha negado a usar cubre bocas, dando un mal ejemplo a nivel nacional; diciendo que saliéramos, que no pasaba nada, que México estaba preparado en temas de salud para combatir la amenaza, y empezando este año, dijo lo contrario: que no se estaba preparado para ello. De hecho hoy, en lo que escribo este artículo, muchas personas se están conglomerando en el zócalo de la CDMX para celebrar un año más del tabasqueño como presidente. ¿Todos usarán cubrebocas?, ¿todos estarán vacunados?...eso no lo sabremos.
—Su soberbia...su extrema confianza en él mismo. El presidente ha sido algo soberbio en algunos temas, como del Covid al negarse a usar cubrebocas; tiene mucha confianza en sí mismo cuando segura que todos los problemas se solucionarán con mucha satisfacción; incluso siendo algo fantasioso y dando expectativas muy grandes, como cuando menciona que la economía crecerá a tanto porcentaje para el próximo año, que el país ya se recupero de los efectos de la pandemia.
—Destaco la realización de algunas obras que son de necesidad para algunas regiones o comunidades, como carreteras, pavimentación de calles en zonas rurales principalmente. Por ello le doy un punto más en calificación positiva.
—Otro punto positivo a su favor, que no se puede negar, es que a pesar de que comete tropiezos, se ve que el presidente es un hombre que sigue ideales, una visión. Nadie le quita méritos por los años en que luchó contra un sistema bipartidista muy marcado a finales de los 80´s y empezando el nuevo milenio. Sabe como influir en las masas, y eso da mucho de que hablar sobre un liderazgo.
—Una queja más, es su insensibilidad en algunos temas, como recientemente se vio, respecto a la venta de menores en Guerrero, cuando salió con el "Ya chole" en relación a las protestas feministas; de nuevo, el tema del Covid; sus ataques contra la "clase media", en vísperas de las elecciones intermedias de este año. Aquí es donde siento que el presidente se contradice en lo que dice hacer bien.
—Sobre la corrupción y de no ser "tapadera", a lo que he visto, siento que el presidente ha sido algo hermético; sobre el tema de sus hermanos y prima, solo se ha limitado a decir que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto, cuando a Macedonio se le acusaba de abusos, el presidente no decía nada, hasta cierto punto, parecía respaldarlo.
—En tema de austeridad, quien dice no gastar en exceso, eso no se vio reflejado cuando se celebro la Celac en la CDMX, los menús gourmet del Conacyt; los estadios de beisbol, o el desabasto de medicamentos, si supuestamente ya hay dinero por que no hay corrupción, ¿por qué el desabasto?, aunque, según Jorge Alcocer, el secretario de salud, de acuerdo a las últimas mañaneras donde se ha presentado, comenta que se están adquiriendo piezas.
Con base en estos puntos que tenía que recalcar respecto al desempeño del actual mandatario, vamos con la calificación:
5 de un máximo de 10.
Conclusión:
Aunque el presidente se mantenga fiel a una visión "patriota" para borrar lo que gobiernos "neoliberales" hicieron por años, se basa mucho en su confianza, cayendo en la soberbia; creo que no se pone a pensar si lo que tanto defiende, en el futuro, seguirá siendo algo sostenible, como la Reforma Eléctrica.
En el tema de seguridad, deja mucho que desear, y al parecer no cambiará de estrategia, la Guardia Nacional y el ejército siguen ganando terreno en el país, pero...¿funcionará?; con los jóvenes que necesitan empleo, no se cumple del todo la meta de su programa, siguen a la deriva, el tema de la economía se ve incierto en los pronósticos, ahora con lo de la variante nueva del virus, pero el presidente, en su confianza, cree lo contrario, vendiéndolo por hecho.
No le le puede negar al presidente, que está haciendo lo que puede para cambiar el rumbo del país, pero...¿hacía que rumbo?; que siente más cercanía con la gente, que no calla a quienes se manifiestan como en el pasado, una apertura más abierta con la prensa, eso es bueno, cosa que no se veía con otros presidentes.
El presidente se respalda con su popularidad, la cual anda en un 66%; aunque tenga buenas intenciones para tener un buen mandato, tal parece que en su ejecución se presentan algunas fallas. Dependerá de él escuchar a su círculo más cercano para cambiar las estrategias que ha adoptado, con el fin de que los tres años que le restan, puedan dar resultados más satisfactorios. Solo habrá que ver su actuar en las elecciones de 2024, si hará lo posible para que alguien de su clan continué con su proyecto de transformación, o respetará la voluntad popular si un opositor se ve favorecido en las urnas. Aún queda mucho por ver.
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